Aún no sé porque estuve parado más de dos horas esperando a que un escritor me firme un libro por el cual desembolsé 45 soles y el cual puedo leer casi íntegro en su blog. Pero a veces la fanaticada hace cometer uno que otro exceso, además, según yo, estoy 'enamorado' de él, y ruego a dios que si algún día se le ocurre divagar por otros senderos y buscar, ya no novia, sino novio, me encuentre a mi. Estaba dispuesto a llegar ahí por lo menos con una hora de anticipación, pero me comprometí en algo incomprometible, todo sea por un país mejor, y tuve que atravezar Miraflores en busca de un material gráfico para dejarlo en una editorial. A las 7 y media, que bien pudieron ser las 6 y media, según lo planeé, tomé una combi que me dejó en el Jockey Plaza a la hora que, según se había indicado, Renato estaría presentando su libro. Pero la cola era una locura, una barbaridad, era como una anaconda hambrienta y cegada por la emoción, dispuesta a tragarse a cualquiera que insitara sus instintos y a dar un firme coletazo a quien osara colarse; como era predecible, no pude ingresar a la presentación, al menos ya me había comprado mi libro en Crisol, sin saber que comprándomelo en la misma Feria me costaría 9 soles menos, en fin, al menos lo tenía seguro y Renato posaría sus manos sobre éste. De algún modo me dije -Mejor que no entré a la presentación, ahí lo veré de lejos, mejor estoy aquí, flanqueando mi lugar en la cola para poder verlo de cerca- me comí la idea, no sin dejar de ser sincero y debatir conmigo mismo -ni tu te la crees, es disonancia cognitiva-. Decidí quitarle un poco de peso a mi espalda y saqué de mi mochila mi libro de Bryce, de más o menos medio kilo, me senté en la cola y me puse a leer, también pensé en qué iba a hacer ahora, tenía un libro más que leer, de todas maneras pienso que mi prioridad es Bryce, a Renato lo tengo en el blog; es una suerte, además, que todos los textos del blog sean nuevos para mi, ya estuve ojeando alguno, y por recomendación de una amiga que encontré en la FIL leí 'La carta que no mandaré'.
Yo también había escrito una carta que no pensaba enviar, esa carta iba a ser, originalmente, el primer post de esta bitácora, pero por la recomendación de una amiga mia, y también amiga de Renato, no la puse; curiosamente esta carta tiene como destino la misma ciudad a la que no la mandará Renato: Bogotá. Desde ayer me está rondando por la cabeza publicar esa carta, o al menos escribir sobre aquella historia de amor inconcluso, pero se me ha armado un pan con mango mental porque es una historia compleja y de mil partes y sobre todo, con dos mil títulos tentativos. Encontré también a mi amiga y amiga de Renato, se dio por vencida la pobre y no lo pudo saludar -Es una locura- me dijo -Algo así sólo lo había visto con Maitena-.
Al avanzar la cola me fui acercando a Renato, lucía ya fatigado y me imagino que lo único que hacía era desear estar lejos de tanta gente y que firmaba ya por incercia; pero sé que en el fondo Renato está demasiado agradecido con nosotros, su público, porque no creo que ni en el más febril sueño se podría haber imaginado semejante arraigo, creo que sigue siendo y considerándose el mismo chico que tuvo que trabajar en el KFC para ayudar en su casa y que ahora simplemente le pagan más por hacer las cosas bien, no creo que Renato se coma el cuento de la fama, es muy inteligente para creérselo.
Llegó mi turno y las ansias me dejaron tan tarado que me olvidé de sacar su libro y seguía con el de Bryce en la mano -No me vas a hacer que firme el de Bryce no?- me dijo tratando de ser amable, aunque yo sé que estaba cansado de firmar, cansado pero agradecido, porque ese -Gracias por venir- aunque se lo haya dicho a las (...uff, ni me atrevo a calcular) a las no sé cuántas personas que fueron, sé que fue sincero, porque algo me dice que en verdad está muy agradecido de que hayamos ido.
-¿Tienes novia?- me preguntó. Le dije que no, y vi que escribía algo que me imaginé que tenía relación con buscar novia...así que decidí corregirlo y, -Novio- susurré. No sé si se habrá dado cuenta, pero después de pensar en qué habrá pensado al haberme escuchado, concluí: -Obvio que no te escuchó, y si te escuchó no te entendió, y si te entendió ni siquiera sabe quién eres- Así, siendo un total anónimo para Renato, a pesar de morir por él, estoy más tranquilo.
Me escribió el autógrafo más bonito que me hayan escrito hasta ahora, la dedicatoria mejor dicho: "..., para que siga buscando hasta que encuentre y sea feliz. Con cariño, Renato". Ay, Reni, Reni, si gravitaras en mi mundo tal vez sería más doloroso, saberte imposible es más cómodo que saberte inalcanzable.
En toda la noche, me quedo con tu sonrisa desencajada y con la mejor frase que pudiste encontrar para que yo me pudiera identificar. "Ojalá la falta de amor pudiera resolverse como la falta de sexo. Ojalá pudiera masturbar mi corazón" -Salva Dávila-. Gracias por todo Renato, gracias por el I love Porn, RoboTV.


firmando mi libro